La ciudad más cosmopolita de China, un laboratorio viviente de innovación donde rascacielos futuristas conviven con callejones históricos. Descubre el latido económico y cultural del gigante asiático.
Explora los contrastes que definen esta metrópolis global, desde su pasado colonial hasta su visión futurista.
Contempla el skyline más icónico de Asia desde el Bund, donde la arquitectura colonial europea se enfrenta a los rascacielos futuristas de Pudong. Un viaje visual a través de un siglo de historia de Shanghai.
Explora el elegante distrito de Xintiandi, donde las tradicionales casas shikumen han sido transformadas en boutiques, restaurantes y galerías de arte. Un perfecto ejemplo de preservación y reinvención urbana.
Un oasis de tranquilidad en medio del bullicio urbano. Este templo budista activo alberga dos estatuas de buda talladas en jade blanco puro traídas desde Myanmar en el siglo XIX.
Descubre la energía vibrante de Shanghai después del anochecer. Desde los mercados nocturnos de la Calle Nanjing hasta los exclusivos rooftops con vistas al Bund, la ciudad nunca duerme.
Degusta los auténticos xiaolongbao (dumplings al vapor), el cangrejo peludo de Yangcheng y la sopa wonton. Un recorrido culinario por los sabores dulces y umami característicos de la cocina de Shanghai.
Visita el Museo de Ciencia y Tecnología, el distrito financiero de Lujiazui y los innovadores proyectos urbanísticos. Shanghai es el escaparate del progreso tecnológico y económico de China.
Shanghai no es solo una ciudad; es un fenómeno. En menos de tres décadas, ha transformado de zona pantanosa a metrópolis global, convirtiéndose en el símbolo del milagro económico chino y en un laboratorio de innovación urbana.
Shanghai fue conocida como la «París de Oriente» y el «Parque de las Concesiones» durante los años 20 y 30. Su historia como puerto comercial abierto al mundo occidental creó una ciudad única donde las culturas china y extranjera se fusionaron, dando lugar a una identidad cosmopolita que aún perdura en la arquitectura del Bund y los callejones de la Concesión Francesa.
Los shikumen, las tradicionales casas con patio de estilo chino y fachadas occidentales, son testimonio de esta fusión cultural. Hoy, muchos han sido restaurados y convertidos en espacios comerciales y residenciales de lujo, manteniendo viva la memoria histórica de la ciudad.
Shanghai mira hacia adelante con ambición. El distrito de Pudong, donde hace 30 años solo había campos de arroz, hoy alberga algunos de los rascacielos más altos del mundo, incluyendo la Torre de Shanghai, la segunda más alta del planeta. La ciudad se ha convertido en el centro financiero de China y en un hub de innovación tecnológica.
Desde la Expo 2010 hasta la actual expansión del tren Maglev de alta velocidad, Shanghai demuestra constantemente su capacidad para reinventarse. Es una ciudad que anticipa el futuro mientras honra su pasado, creando una experiencia urbana única en el mundo.
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