Descubre la ciudad que inspiró a poetas y emperadores durante mil años. Entre colinas de té, jardines clásicos y el lago más poético de China, Hangzhou encarna la esencia del paisaje ideal chino y la sofisticación de la dinastía Song.
Explora los tesoros que han hecho de Hangzhou uno de los destinos más románticos y culturalmente ricos de China.
El corazón poético de Hangzhou, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Pasea por sus diez vistas clásicas, cruza en barca de remos a las islas artificiales y contempla atardeceres que han inspirado poesía durante mil años.
Visita las colinas de Meijiawu y Shifeng, donde se produce el célebre té Longjing (Pozo del Dragón), considerado el mejor té verde de China. Participa en una ceremonia de té y aprende sobre este arte milenario.
Uno de los templos budistas más importantes e históricos de China, fundado en el año 328 d.C. Maravíllate con sus 470 esculturas budistas talladas en las grutas de Feilai Feng y siente la espiritualidad que impregna este lugar sagrado.
Recorre el extremo sur del canal artificial más largo del mundo (1,776 km), que conectaba Hangzhou con Pekín. Este prodigio de ingeniería del siglo V permitió que Hangzhou se convirtiera en el centro comercial y cultural de la China medieval.
Pasea por esta calle peatonal que recrea la atmósfera de la Hangzhou de la dinastía Song. Tiendas de seda, farmacias tradicionales chinas, puestos de artesanía y restaurantes que sirven la auténtica cocina de Hangzhou.
Disfruta de este impresionante espectáculo nocturno creado por Zhang Yimou (director de la ceremonia de apertura de Pekín 2008). Con el Lago del Oeste como escenario natural, 500 actores narran leyendas de Hangzhou con danza, luz y música.
Hangzhou no es solo una ciudad; es la realización del ideal estético chino. Durante la dinastía Song del Sur (1127-1279), fue la capital de China y se convirtió en la ciudad más grande y próspera del mundo, un centro de cultura, arte y refinamiento que dejó una huella indeleble en la historia china.
Marco Polo, que visitó Hangzhou en el siglo XIII, la describió como «la ciudad más espléndida y elegante del mundo». El Lago del Oeste, con sus pagodas, pabellones, puentes y jardines cuidadosamente diseñados, representa la culminación del arte del paisajismo chino. Cada elemento tiene un significado poético y filosófico, creando un espacio donde la naturaleza y la cultura humana se armonizan perfectamente.
Las «Diez Vistas del Lago del Oeste» no son simplemente lugares bonitos; son composiciones poéticas en paisaje, cada una con su propio nombre lírico como «Loto Bailando en la Brisa Verde» o «Pájaros Cantando en los Bosques Borrosos». Estas vistas han sido inmortalizadas en pintura, poesía y caligrafía durante siglos, creando una tradición cultural viva que continúa hoy.
Hangzhou fue el extremo sur de la Ruta de la Seda y durante siglos el principal centro de producción de seda de China. La técnica del brocado de seda de Hangzhou es considerada una de las artes textiles más refinadas del mundo. Hoy, el Museo de la Seda de China en Hangzhou preserva esta tradición milenaria.
Pero si hay un producto que define a Hangzhou es el té Longjing. Cultivado en las colinas que rodean el Lago del Oeste, este té verde se cosecha solo una vez al año, en primavera, y su proceso de tostado manual es un arte transmitido de generación en generación. Beber té Longjing en Hangzhou no es solo una experiencia gastronómica; es un ritual que conecta con la historia y la filosofía china.
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